Crear juegos de terror es sin duda una de las tareas más difíciles que puede afrontar un desarrollador. No sólo por lo subjetivo del miedo, si no por la narrativa que vas a seguir, las mecánicas que vas a introducir y la atmósfera que pretendes crear. Carlos Coronado ya tiene algo de experiencia en este género y eso se hace notar en Horror Tales: The Wine. Y a pesar de ciertos apartados que ha decidido dejar de lado en pos de la narrativa, ha logrado traernos un título absorbente y que te atrapa en su historia donde el terror va más allá de los monstruos.
Una historia de paralelismos
No es muy difícil sacarle el paralelismo con la situación pandémica de nuestro mundo a la historia de The Wine. Es obvio que en la isla en la que nos encontramos la situación ha escalado de una manera más terrible y escalofriante. Pero desde los detalles más minúsculos podemos extraer críticas hacia todo lo que nos ha ido sucediendo como sociedad desde que empezó el COVID.
The Wine no se corta al retratar a las clases más altas como culpables de que una situación controlable se vaya de las manos, de contarnos como los poderosos toman decisiones en una búsqueda de beneficio a costa de la salud de los de abajo. No, el título de Carlos Coronado decide no morderse la lengua y nos habla de un terror que se vale de lo desconocido (alucinaciones, fantasmas e imágenes perturbadoras) para traernos el miedo a lo conocido (una pandemia mal gestionada, la culpabilización a los ciudadanos de a pie y los pocos escrúpulos de ricos que son cada vez más ricos). Quizás The Wine peca de optimista porque al final los monstruos reciben su castigo kármico, cosa que en el mundo real no parece suceder.

Narrativa en dos tiempos
Es interesante de analizar todo el trasfondo que este Horror Tales decide entregarnos, y sobre todo ese mensaje de fondo que nos deja acerca de nuestro mundo. Pero también es digno de aplauso el manejo del ritmo narrativo del que se hace gala en este título. Empezamos sabiendo poco, casi nada, acerca de la pandemia que asoló la isla. De hecho, llegamos a la misma buscando una botella de vino tinto que podría curar a nuestra familia de la misma enfermedad que acabó con aquel lugar mediterráneo.
Con eso de base empezaremos un doble viaje, el primero es el que vivimos en nuestras carnes, viendo la ciudad destrozada, llena de barricadas y zonas quemadas aquí y allá. Avanzando mientras caemos presa de fuertes alucinaciones que nos llevan a escenarios oníricos y provocan que una figura sin cabeza nos persiga y que otra que porta una escopeta nos atormente (aunque esta no tenga tanto de alucinación).
El segundo viaje es uno por los recuerdos, mediante recortes de periódicos, cartas entre personajes y anuncios. Esto nos ayuda a reconstruir lo sucedido en este lugar, poniendo de primeras a la familia Banydebosc como víctimas de la mala suerte, pasando por ver como los que están en el poder castigan a los trabajadores más humildes de las bodegas Banydebosc por ser portadores de la enfermedad y terminando por ver el egoísmo que anida en el corazón humano. No soy muy fan de esta forma de narrar, y más cuando Carlos Coronado es capaz de diseñar escenarios que hablan por sí mismos, pero es un gusto personal que tampoco me ha molestado ni ha estropeado mi experiencia.

Visiones de ensueño, visiones del mar
Horror Tales: The Wine es atmosférico. Su apartado gráfico es claramente bueno, con un 3D hiperrealista que entra bien por los ojos, pero eso no es lo que importa. El buen gusto para diseñar escenarios, la disposición de ciertos objetos para narrar y la sensación de agobio que te generan los lugares que visitas sólo pueden lograrse si sabes lo que haces. Y en un juego de terror es importante saber esto.
The Wine está plagado de detalles a descubrir, de pequeñas historias contadas al encontrar dos cadáveres acurrucados juntos y de escenarios oníricos que logran despegarte un segundo de esa realidad atroz que estás viendo. Sólo tengo buenas palabras para lo que se consigue mediante la buena elección en el diseño de niveles.
Sonoramente no destaca en exceso (quitando una parte que logró transmitirme una melancolía enorme). De hecho, diría que llega a ser molesto el sonido que se escucha cuando te persigue el fantasma decapitado por decimoquinta vez.
Puzles y símbolos
Y aquí está la parte que me ha dejado más decepcionado, el gameplay. Entiendo que no se buscaba un juego cuya jugabilidad entorpeciese a la narrativa o te distrajese de la atmósfera, pero es que sí que pasa. Quitando ciertas secciones de plataformeo ligero, sólo tendremos dos obstáculos: encontrar llaves para abrir puertas o memorizar símbolos para accionar palancas que…abren puertas. Y esto no es algo problemático a pesar de su repetición, no lo es por lo simple que es, no. Es problemático porque a veces decide unir esa búsqueda de símbolos a la huida de un fantasma descabezado que te mata de tres tortazos. Y esto te saca totalmente de lo que se había conseguido.
Toda la atmósfera y la buena narrativa se hacen a un lado para la persecución de turno huyendo del descabezado, y esas persecuciones se alargan mucho cuando se incluye el puzle de buscar símbolos. Pierden la tensión inicial cuando llevas 5 minutos dando vueltas en una sala pequeña porque no ves esos dibujos en las paredes. No puedo decir que esto haya arruinado toda mi inmersión, pero si que ha logrado sacarme momentáneamente de una historia que me tenía intrigado y muy inmerso en ella.
Pero los videojuegos son videojuegos y deben tener algo jugable. Y el género de terror necesita sustos para que la gente chille en directos o en gameplays de Youtube.

Por la familia Banydebosc
Horror Tales: The Wine es una lección de narrativa y de creación de una atmósfera de terror. Su historia es intrigante, tiene un giro de guion que queda libre a lo que cada uno decida creer y la crítica social está ahí para los que nos gusta darle vueltas a las cosas. Carlos Coronado demuestra siempre tener un gusto exquisito para diseñar niveles, para narrar en imágenes y para crear escenarios extraños pero hermosos o directamente infernales y horrorizantes. Me ha gustado mucho esta primera entrega de Horror Tales y esperaré con ganas las siguientes, a pesar de los puntos negativos que tiene el título a mi gusto personal.
Ojalá más títulos de terror se atrevieran a hacernos temer al monstruo que vive por encima de nosotros, con sus billones y el control absoluto que tienen sobre nuestras vidas y reflexionasen más sobre lo que significa esto.