Desarrollar videojuegos puede ser una tarea titánica para cualquier estudio, pero si hablamos de estudios pequeños esta tarea escala a niveles demenciales. Y a pesar de esto la gente de Aeternum Game Studios no se han achicado y en menos de año y medio han lanzado su segundo juego tras Aeterna Noctis. Hablo por supuesto del juego que nos concierne, Summum Aeterna.
Llevando dos desarrollos en paralelo y posiblemente aprovechando ideas iniciales que surgieron durante el del primer título, este pequeño estudio de Talavera ha demostrado un enorme nivel de organización para traer dos juegos de muy buena calidad en un período de tiempo muy corto.
Pero dejémonos de rodeos, vayamos a la cuestión del asunto. ¿Qué tal está Summum Aeterna?
El señor de la (noche) Oscuridad
Nos encontramos ante un roguelite que decide abogar por las mecánicas más que por la narrativa, alejándose un poco de su predecesor. Esto podría cambiar debido a que el título se encuentra en early access durante un tiempo aproximado de 18 meses. Tiempo en el que irá recibiendo muchas actualizaciones y contenido.
La historia es bastante directa y sirve como precuela a Aeterna Noctis, el rey de la oscuridad vuelve a estar inmerso en uno de esos ciclos en los que se enfrenta a la reina de la luz. Tan sencillo y directo como eso. Sirve como una buena puerta de entrada al universo que parecen estar fabricando desde Aeternum Game Studios por lo que puede jugarse sin haber probado nunca al anterior título.

Combatiendo la luz
El gameplay de Summum Aeterna es una gozada. Se controla genial, va fluido y tiene un amplio abanico de posibilidades para hacer frente a los obstáculos que vayas encontrando por el camino. Es un roguelite difícil, con todo lo que eso conlleva.
Se nota que han aprendido de lo realizado en Aeterna Noctis y jugablemente es más que competente en todos los sentidos, pero hay algo que me escama y es la curva de dificultad. Quizás es por ser un Early Access pero he notado que el juego está algo desbalanceado, sobre todo en los primeros compases. Las runs durarán 15-20 minutos y tienen una mecánica que detesto en un roguelite, zonas que te matan instantáneamente cuando las tocas. Y sí, las detesto porque he caído en ellas en más de una ocasión viéndome obligado a repetir la run. Además de eso, tu vida es bastante escasa y los enemigos pegan bastante fuerte, por lo que un par de descuidos te sentenciarán a renacer.
Lo que me ha parecido más interesante (además de unos combates muy entretenidos y ágiles) es el sistema de semillas. Este sistema te permite “personalizar” cada partida a tu gusto, generando “mundos” de manera procedural con ciertas condiciones. Condiciones de lo más variado que puedes incluso combinar entre sí (los enemigos hacen más daño, pero sueltan más recompensas, quizás tienes menos vida, etc). Esto da muchísimo juego a la hora de verte envuelto en ese bucle que ofrece el género.

Equipado para ganar
Al ser esto un roguelite y no un roguelike, cuando morimos podemos acceder a mejoras permanentes para nuestro personaje, ya sea un aumento de vida, de daño, etc. Ir probando combinaciones será una de las claves para poder avanzar más en este poco hospitalario mundo.
Además de esto el repetir constantemente nos ayudará a algo más, generar estrategias. Sí, las salas se generan proceduralmente, pero muchas se parecerán lo suficiente entre sí como para reaplicar tácticas usadas con anterioridad. Esto nos anima a tomar el riesgo de investigar cada mundo a fondo, cada rincón y recoveco. Merece la pena creedme. No solo por la información, por las recompensas que podemos encontrar en cofres, en las salas de armas o de los propios enemigos.
Iremos desbloqueando armas en la zona neutral (a la que vamos al morir) que nos abrirán nuevos estilos de juego. Hay suficiente variedad para que cada jugador se sienta cómodo con alguna de las herramientas para matar que se nos ofrecen. Además de eso las armas cuentan con una habilidad especial para cada una (interesantes de usar sin duda) y la posibilidad de engarzarles joyas para que mejore algún aspecto de sus estadísticas.
Todo esto nos será de ayuda para afrontar la gran variedad de enemigos y a los temibles bosses que Summum Aeterna nos lanzará a la cara. Sí, es difícil. Los enemigos son duros, variados y a veces están acompañados de trampas mortales que nos lo pondrán todo aún más difícil. Todo esto está algo mal balanceado, pero da lugar a un desafío para las personas más atrevidas.

Arte en la oscuridad
Summum Aeterna se ve genial. Creo que eso es algo bastante obvio. Y no es algo que se quede solo en diseños bonitos y muy cuidados. Las propias animaciones que vemos en todos los personajes son una obra de arte de lo fluidas y logradas que están. Es un gustazo ver cuando un estudio invierte tanto tiempo en cuidar el arte. Y sobre todo en demostrar que no todo es pixel art en el mundillo indie, el 2D hecho a mano destaca y aquí concretamente es PRECIOSO.
La BSO no se queda a la zaga del resto de cosas del juego. No cuenta con doblaje pero los temas que irán sucediéndose en cada combate o escenario Pero sin duda el punto álgido es cuando llegamos a los bosses donde la música se hace con el poder mientras bajamos unas enormes barras de vida a espadazos.

Cerrando el ciclo
Summum Aeterna es uno de esos early Access que parecen prácticamente un producto ya acabado y definitivo. El hecho de que se haya anunciado ya la ruta que van a seguir y el contenido que se pretende añadir no hace más que aumentar el hype.
Un título más que competente, entretenido y bastante pulido que hará las delicias de los fans de los roguelite y de aquellos que querían ver más del universo iniciado en Aeterna Noctis. Me muero de ganas por ver que más nos irán dando desde Aeternum Game Studios.