Goat Simulator 3 ya está disponible, el juego de simulación más fiel hasta la fecha. Farming Simulator, Truck Simulator, Flight Simulator, todos buenos juegos, pero ni de cerca tan fieles a la experiencia real como lo es Goat Simulator.
En Flight Simulator puedes volar, en Farming Simulator puedes llevar un tractor, en Truck Simulator puedes llevar un camión. En Goat Simulator puedes ser todo esto y si no, seguro que puedes golpearte contra ello. Realmente este es el encanto del primero y algo que la secuela ha conseguido capturar a la perfección. Esa oda a la estupidez, al desenfado y a la diversión.
Es un juego lleno de sorpresas que encautiva con cada vez más desfases, más estupidez y en general una experiencia muy poco confrontacional o frustrante. Mientras que otros juegos buscan generar «fail states«, pequeñas frustraciones para el jugador, intentando conseguir una reacción fuerte al superarla, Goat Simulator quiere que solo te lo pases bien. Quiere que la recompensa por jugar el juego sea el juego en si mismo.

Aunque, por supuesto, no creo que un analisis en profundidad en el que, inevitablemente, lo acabes relacionando con como el ser humano descubrió el fuego y nos llevó a Goat Simulator, creo que se pasa mucho por alto. Puede que no sea un juego perfecto, pero es exactamente lo que quiere ser y lo consigue a la perfección.
Incluso cuando muchos estudios habrían preferido convertir la secuela en algo más grande, casi irreconocible, ellos han sabido lo que hacían. Este no es el juego que va a «romper internet» como hizo el primero. Eso ya es imposible. Pero puede ser una experiencia realmente divertida para aquellos que, en estos momentos, necesiten simplemente echar una buena risa mientras ven a una cabra volando por el cielo.
Goat Simulator 3 ya está disponible y realmente parece ser lo que esperábamos. Un juego memorable y divertido. Uno que quiere divertirnos y sabe como hacerlo.