Cuando hablamos del terror en videojuegos siempre se nos viene a la mente juegos como los clásicos Sillent Hill o Resident Evils, juegos del género survival horror que marcaron un antes y un después en el medio. Otras personas pensarán antes en juegos de terror psicológico, como Outlast, Soma u Observer. Pero cuando salimos del medio y pensamos en el terror, en general, una de las primeras cosas que nos viene a la mente es el horror cósmico. Subgénero creado por Lovecraft y sin el cual el terror no sería lo que es hoy.
Es curioso ver como un subgénero tan popular en la literatura tiene tan poca representación en el resto de medios. No es el subgénero más fácil de adaptar a otros medios, pero tampoco imposible. De igual manera, la mano de Lovecraft se puede ver de muchas maneras en diferentes géneros, incluido en múltiples juegos. Y uno de ellos es The Last Door un point and click diseñado por el equipo sevillano de The Game Kitchen (sí, también creadores de Blashphemous). Un juego narrativo que bebe de muchas obras clásicas de terror, sobre todo del terror cósmico de Lovecraft.
Comienza el misterio
La historia comienza con una secuencia bastante críptica y oscura, para dar paso al protagonista, Devitt. Este ha recibido una carta de un viejo amigo suyo, y gracias a esta decide viajar hasta su hogar. Donde se verá metido de lleno en una empresa con el objetivo de desentrañar los secretos de su pasado. Con esta premisa el equipo de Game Kitchen nos mete de lleno en un juego narrativo de terror. Un juego simple, tanto visualmente como con su gameplay, pero que esconde detras un montón de factores que la convierten en una gran experiencia.
Durante nuestra aventura iremos encontrándonos con bastantes acertijos y puzles, estos son muy intuitivos, e iremos obteniendo las respuestas de manera progresiva sin problemas. A diferencia de juegos más famosos, como los Monkey Island, The Last Door es mucho más pequeño. Tiene mapas simples y los objetos que usaremos no son nada del otro mundo, así que cada capítulo o nivel, acaba teniendo una duración corta, de aproximadamente una hora. Pero lo bueno de ser una historia más contenida, es como nos deleita con un montón de escenas fantásticas, y más de un susto merecido.

La música es una joya
Durante la aventura nos acompañara la maravillosa música de Carlos Viola, con la que consigue meternos de lleno en el juego. El tema musical introductorio a cada capítulo se me ha quedado enganchado en la cabeza de lo bueno que es. Esta banda sonora nos irá acompañando constantemente. Pasando de momentos tranquilos a situaciones de tensión, donde el sonido y las músicas se mezclan, con el objetivo de sentirnos en la piel del protagonista y compartamos el miedo y la tensión.
Por otro lado, está el apartado gráfico. El sonido y la música ayudan mucho a la inmersión, pero al otro lado tenemos un pixel art simple. Alejado de un estilo realista, nos da un arte lleno de detalles, que a pesar de su simpleza consigue llenar de vida (y ponerte los pelos de punta a veces) a todos los escenarios. Todo esto nos da una experiencia de terror muy completa, con una historia muy interesante, llena de misterios, horrores cósmicos, sectas, y algún que otro susto.

Lo malo de la S2
Lo único malo que le puedo sacar al juego, está en su segunda temporada. El juego trata de volverse más grande en esta parte, y sus puzles pasan de ser una única zona a consistir en varias zonas. Esto hace que lo que consideraba un punto fuerte en su primera parte, el ser una historia con unos puzles sencillos, desaparezca. Ahora la historia se estira considerablemente, ya que los objetos están esparcidos en varias zonas. Esto agregado al movimiento algo lento del personaje, cosa más aceptable en zonas cerradas, hace que en el momento que se nos olvide algo, nos toque volver a hacer todo el camino de vuelta, lo que es un poco tedioso.
Por lo demás, The Last Door me ha encantado. Un juego indie contenido, pero con una buena historia que contar, puzles entretenidos y una gran banda sonora. Recomendadísimo a cualquier fan del terror cósmico o alguien que busque una aventura narrativa o point and click. Si a alguno le hecha para atrás el aspecto artístico, de verdad que le que lo ignore, por que acaba siendo soberbio en conjunto.