Ya lo sé, puede que estéis pensando que a qué viene escribir ahora el análisis de un juego de hace tres años. Pero tranquilos, todo tiene una explicación. Aunque Yuppie Psycho se publicase en 2019, con una posterior Executive Edition con más contenido, la razón de este análisis es su llegada en físico en PS4 y Nintendo Switch de la mano de Tesura Games.
Y esto es una buena noticia para la industria nacional, ya que el título está desarrollado por un estudio franco-español, Baroque Decay, a quienes quizás alguno conozcáis por el peculiar juego de El Conde Lucanor.
Pero voy a dejarme de rollos y pasar a analizar Yuppie Psycho, toda una experiencia que deberíais vivir.
Terror de base clásica
Yuppie Psycho es un survival horror de la vieja escuela, plagado de puzzles, un protagonista casi indefenso y un sistema de guardado que requiere de recursos limitados, al más puro estilo de las máquinas de escribir de Resident Evil.
Por otro lado, su otro aspecto clásico es la utilización del terror y la sátira para hacer una crítica social, tal y como hacían las películas que popularizaron el género entre los 70 y los 2000.
Más allá de eso, Yuppie Psycho es un título adaptado a nuestra época, con un pixel art funcional y simple, una gran ambientación con estética anime y un control poco depurado (aunque de ésto ya hablaré más adelante).
A la caza… de un empleo
Nos encontramos en una sociedad distópica ultraliberal donde las personas son separadas nada más nacer en clases sociales que les limitan las posibilidades laborales y académicas. El protagonista, Brian Pasternack, es un joven de una de las clases más bajas sin apenas estudios que recibe una oferta laboral de una de las empresas más poderosas del mundo. Aunque inseguro, no piensa dejar pasar esa oportunidad, y se dirige allí sin saber lo que le espera.
Aunque al principio todo parece lo que cabría esperar de una empresa poderosa, pronto las cosas se torcerán de una manera que Brian jamás habría imaginado, descubriendo la realidad del que será su trabajo: cazar a la Bruja que está destruyendo la empresa desde dentro. Obviamente no daré más detalles para no entrar en spoilers, pero nos cruzaremos con un sinfín de personajes estrafalarios y situaciones surrealistas.
Mecánicas a prueba de monstruos
Yuppie Psycho es un juego sencillo pero muy funcional en sus mecánicas. Lejos de querer tocar muchos campos y no acertar en ninguno, está completamente enfocado en los puzzles, la resolución (i)lógica de problemas y la exploración del inmenso edificio de la empresa. De tal forma, para superarlo sólo necesitaremos el inventario, buena orientación, ganas de pasear y un poco de ensayo y error o una mente privilegiada, lo que prefiráis.
Además, aunque han añadido mecánicas como la cocina (ya que nos curamos con alimentos), lo han hecho de forma sencilla para que no sea algo en lo que tener que pensar, simplemente un trámite más para prepararnos mejor.
Algunos rompecabezas son más simples que otros y resolver algunas historias secundarias o ser completista puede ser algo tedioso, pero la mayor dificultad del juego se debe a sus controles.
(Des)controlados por la Bruja
Como ya he mencionado dos veces, creo que Yuppie Psycho tiene un problema con los controles y la IA de los NPC, algo que es más criticable si tenemos en cuenta que he jugado a la Executive Edition de Switch, que se supone que debería ser una versión depurada y mejorada.
Los controles, como no podía ser de otra manera en un juego tan inspirado en los survival horror más clásicos, son (casi) de tipo tanque. Ésto no sólo nos limita la movilidad al esquivar enemigos, sino que muchas veces provoca que nosotros y algunos NPC nos quedemos bloqueados en esquinas, provocando nuestra muerte en situaciones de urgencia.
Por otro lado, en hasta tres ocasiones me ha tocado reiniciar la partida porque un objeto o NPC ha quedado un pixel más allá de lo que debería y no he podido pasar por el hueco que quedaba, bloqueándome el avance por completo.
No son problemas excepcionalmente grandes, pero molestan en un juego que a menudo consiste en el sigilo, las persecuciones o la precisión en los puzzles.
Embrujados por la pantalla
A nivel estético Yuppie Psycho destaca en diversos aspectos, como por ejemplo su utilización de la luz y las sombras para generar angustia, el contraste entre zonas muy saturadas y otras de colores apagados en función de lo que nos quiera transmitir, o el magnífico uso del pixel art, que sin ser tremendamente detallado logra ser muy expresivo.
Por otro lado, en las escenas «cinemáticas» y el diseño de los personajes podemos ver claramente la influencia de la estética anime, lo que casa perfectamente con el tono desenfadado y humorístico que tiene toda la historia.
Yuppie Psycho busca inquietar y criticar, pero sobre todo busca divertir al jugador.
Al final el villano era el Capitalismo
Si bien Yuppie Psycho nos cuenta explícitamente una historia sobrenatural con monstruos, magia y poderes inhumanos, todo está firmemente asentado en la modernidad y constantemente nos está lanzando el mismo mensaje: el problema de esta empresa, de sus trabajadores, no es la Bruja, es el Capitalismo.
Nos encontramos con una jerarquización interna basada en la clase social de los individuos, personajes clasistas que desprecian a sus inferiores, trabajadores que han perdido el alma pero siguen trabajando como autómatas, plantas enteras dedicadas exclusivamente a trabajar por trabajar y, quizás uno de los detalles más importantes de todos: una maquinaria que sigue funcionando hasta el final por más corrompida que esté por dentro.
No quiero dar más ejemplos porque creo que sería estropear el encanto del juego y algunas de sus sorpresas, pero de absolutamente todo lo que vemos y hacemos se puede hacer una lectura crítica del capitalismo.
Un juego de Clase-A
La conclusión a la que he llegado después de jugar esta Executive Edition de Yuppie Psycho en Switch es que todo el mundo debería darle una oportunidad y, para los amantes de los survival horror clásicos y el humor crítico, es un indie-spensable.
Si bien los controles te pueden dar algún disgusto y puedes sentirte perdido más de una vez, lo cierto es que siempre hay algo que hacer, algún lugar que explorar, un nuevo personaje perturbador que conocer, una historia que completar o la posibilidad de conseguir uno de los coleccionables más turbios de la historia de los videojuegos.
Además, con esta versión el juego cuenta con más de un final, algo que no es fácil de descubrir.
